El pequeño Pablo Hernández, de 11 años y jugador del Avilés Stadium de la Tercera Alevín asturiana, se convirtió el pasado fin de semana en un héroe que dio una gran lección a los asistentes a su partido frente al Deportivo Valdés.
Durante el encuentro, un sector de la grada se dedicó a insultar a la árbitra del partido, la joven Ana López, de apenas 19 años.
Gritos y protestas contra la árbitra que, superada por la tensión en el que era sólo su tercer partido, rompió a llorar.
Los entrenadores acudieron a consolarla pero quien finalmente acabó con la lamentable situación fue el pequeño Pablo.
El niño se dirigió a la grada enfadado y habló directamente a los padres y madres presentes: «Callad y dejad a la árbitra tranquila de una vez, ¿no veis que está llorando? ¡Parad, parad!», les dijo.